Las preguntas son la fuerza vital que impulsa la curiosidad y el descubrimiento. Desde los primeros años de escolaridad hasta los más avanzados niveles académicos, las preguntas sirven como la chispa que enciende el fuego del conocimiento. Imagina a un niño en su primer día de clases, con los ojos brillantes de curiosidad, lanzando preguntas una tras otra, ávido de entender el mundo que lo rodea. O considera a un científico inmerso en la investigación, planteando preguntas innovadoras que desafían los límites del conocimiento establecido.
El poder de las preguntas radica en su capacidad para abrir puertas hacia nuevas perspectivas y comprensiones. Una simple pregunta puede desencadenar un profundo proceso de reflexión y análisis, llevando a los individuos a cuestionar sus suposiciones, explorar nuevas ideas y llegar a soluciones creativas.